Pan de anís

La muerte lo espera en cada esquina
el miedo da la fuga a la saliva
Se ha perdido en la búsqueda
de lo que no quiso buscar.

Bajo una escala con frio
el tipo arruga la nariz
arriba la luna burlona
comiendo pan de anís.

La calle tiene por nombre matar
y el apellido es atar
pequeña solución para el mes
gran confusión ya lo ves

Comienza a silbar una canción de mar
turbulento el encuentro con el resonar
Se ha encontrado en la oscuridad
con la piel como un mapa
que la vida fue una trampa.

"Salto al centro
Siempre miento
importa un huevo
si no siento
la periferia en mis adentros
la conciencia en mis panfletos"

El salto

Movimiento tambaleante
que imágenes borrosas
colillas sobre la mesa
vomito en las baldosas.

Gritos
Gritos
Desespero
mantenerse en pie es de débiles
tiro en la cabeza
la sien
el trescientos
la vuelta
el desespero.

Saltos de una pierna
luz sin brillo de fiesta
el final al final
lo tomé y me lo tomé.

Simulación

La gente corre, crease estúpido si no ve que la gente corre.
Es horrible, colores van colores vienen.
Es divertido, aunque siniestro.

Baja, corre, piensa, pinta.
Sentado perdiendo el tiempo. Imaginando.
Siente que puede jugar con el enfoque
de sus ojos
crear colores diferentes
Que los amarillos se pixelen...
se fundan en el pavimento mientras este le pasa la lengua
a todos los pétalos caídos
descendidos
olvidados
marginados.

Puede jugar con ese enfoque
grande pequeño, aunque cansado
sus ojos enrojecen
su mente se vuelve blanca
la historia se crea
él se la cree.

La alegría es tan subjetiva
¿Que pasaría si las frases son cumplidas al pie de la letra?
"Mi pluma lo mató"
mientras pixela la imagen de la sangre
del miedo
le persecución
la gente deteniéndolo
la gente envolviéndolo.

Jugar con ese enfoque es grave
si uno percibe las cosas desde alguna esquina
olvidada de la razón.

Pero si por una vez en la vida
se decide vivir el momento (la esquina olvidada de la razón)
disfrutarlo con la mayor energía
alegría
rabia
e ironía
así sea olvidada la cura para el mañana
entonces siéntase invitado a enfocar
lo mínimo
lo máximo
los chicles pegados en el suelo
un cristal roto
tal vez una firma en una foto.

Desnudo en la madera.

En un amanecer
una caricia a la lengua
por la gota negra
amarga y compañera
resbala... hacia la oscuridad

En este amanecer
se desvanece la raquítica ansiedad del ayer
bañada
sentada
alquilada
Sol, mar y sal.

Desnudo en la madera
hormiga pasajera
pensando en la inmortalidad
del cangrejo

El tiempo aguarda
el sol de alli no pasa
el ojo fijo en las dunas
quienes con pescadores se juntan
ruido espantoso
llama a la puerta.

Desnudo en la madera
el sudor se pasea
cual carreta de frutera
que en el calor desespera.

El aferrarse al porvenir lo afecta
la pupila llega en retroceso
mientras alguien dice:
Avere visite adesso.

El quiere
Sol, mar y sal.

Diversiones Lápsicas(creo que el término no existe, sea libre de ponerle significado)

Me vi al espejo, no me reconoci
de hecho nunca he sabido quien soy
el mareo 
el calor
la música que pedía libertad
la lejanía de las penas
cabeza de a tres.
Me vi al espejo, cabellos largos
en un ataque de rabia los volé
no llegue a ningun lado
pero al menos el tiempo pasó
fue divertido
fue terrible
fue una muerte lenta...
fue divertida...

El miedo del "Desde siempre"

Se siente tenso, casi helado, diríase que intranquilo.
Es el lugar el que lo irrita. Simplemente un trauma. Sí, es solo eso
Nunca soportó esa aglomeración de gente, ese bullicio, esa basura creciente tratando de saber que son y para que sirven.
Todos uniformados aunque vistiesen y fuesen diferentes. Solo simples memorizadores, solo simples maderos tallados bajo prototipos necesitados. Mas no necesitados de crear su propio ser.

Lo molesta, se siente nervioso. Ve el día en el que salga, corra, vuele de allí y sea feliz. Está lejos. Sí, lo sabe, pero allí está.
Mientras tanto trata de disfrutar, aunque siempre con el miedo inverosímil de quedar en sus garras por siempre... para siempre y con la memoria tan alterada como para decir... "desde siempre".

Contra-Mecanizado

Miró, bajó, corrió... dejó atrás todo lo que no le pertenecía  todo lo que le hacía daño, todo lo que sin sentido para él, se esforzaba en tener sentido para todos. Se esfumó. Murió.

Cuando abrió los ojos tranquilo, relajado, viendo los mismos rostros de siempre pero con el aire de una mañana nublada se sintió feliz, deseoso de correr al trabajo y decir que renunciaba. Renunciaba a ser solo él y nada mas que él. Quería correr a la tienda, comprar tijeras, pinceles, lapices, pinturas, y papeles de varios colores y uno que otro chocolate para el rato. Quería hacer mascaras... y utilizarlas.

Solo el sabría el proceso oscuro de su fabricación, la realidad y fantasía dentro de ellas, la probabilidad de que alguien lo reconozca bajo la mascara de la melancolía, del miedo... o la del cinismo.

Durante noches y noches fueron construidas y cada día iban siendo utilizadas una por una, alejándose con ellas de las personas quienes le inspiraban asco, quienes le parecían hipócritas, quienes le habían arrancado una a una las escamas del querer... esas personas a las que algún día creyó pertenecer, con las que algún día compartió, soñó, converso y voló. Las mató dentro de su muerte fingida. Las odió.

Una madrugada del algún mes que olvidé él sonrió.