En un amanecer
una caricia a la lengua
por la gota negra
amarga y compañera
resbala... hacia la oscuridad
En este amanecer
se desvanece la raquítica ansiedad del ayer
bañada
sentada
alquilada
Sol, mar y sal.
Desnudo en la madera
hormiga pasajera
pensando en la inmortalidad
del cangrejo
El tiempo aguarda
el sol de alli no pasa
el ojo fijo en las dunas
quienes con pescadores se juntan
ruido espantoso
llama a la puerta.
Desnudo en la madera
el sudor se pasea
cual carreta de frutera
que en el calor desespera.
El aferrarse al porvenir lo afecta
la pupila llega en retroceso
mientras alguien dice:
Avere visite adesso.
El quiere
Sol, mar y sal.
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