jueves, 27 de septiembre de 2012

Agonías

Las paredes se
han empezado a mover
y los instintos asesinos
quieren volver
las puertas se decoran
con negros candados
y las ventanas me muestran
arboles malvados
el teléfono ha
comenzado a sangrar
y mi guitarra
he querido almorzar

En el suelo cansado
me hallo ya
y solo me digo
contigo quiero estar.

No se a donde voy, no se si soy materia sin barniz
te confieso... tengo miedo de ser polvo y quedarme allí.
Mantenme despierto en tu memoria
contándome alegres historias...

Por las noches
tus sueños atrapare
y envueltos en seda
te los devolveré.
Sentadito... medio esquizofrénico
con mi guitarra
también medio poético
tocando canciones del ayer
para cuando con otro...
 tu estés...

 C. Custode

Breve pensamiento de bus

Dedicado para los tres casos.
¿Ahora todos fallan?, sera que es demasiada confianza y fe en ellos...
de hecho no sirve conocer a una persona días, meses o años. No sirve...
Nunca se la conoce. Siempre es un extraño cercano. Siempre extraño.
¿Sera que el ser humano al ser imperfecto tiende a fallar?... creo que es obvio, no todos buscamos lo mismo.
En resumen y como resultado de las pruebas, hay que dejar de dar mucho porque las personas se han criado egoistas. Si, son egoistas... Pero, si no se da mucho y no se pone ejemplos de solidaridad, entonces el hombre esta condenado al exilio... a vagar, solitario y lento...
Talvez sea problema solo de este personaje. No, no lo es.
¿Entonces es un error creer en ellos?... empezando por los lugares de relaciones sociales como el trabajo, los bares, la calle, la propia casa y llegando hasta lo mas interior como sentimientos de amistad, amores y hasta de odio...
No es un error. No, la respuesta es que esa es la pequeña y estupida parte humana, la pueril e inocente... Creer puesto que formamos parte de una sociedad y necesitamos estar felices, tristes, enamorados, cansados, rabiosos... necesitamos estar agrupados... necesitamos creer en ellos.

C. Custode

lunes, 24 de septiembre de 2012

Confesión de noche hacia la lejanidad

Ojalá te gusten estos textos tanto como los cuentos por los que frecuentas.

Primero que nada te extraño. A ratos mucho y en otros poco. Se puede decir que te quiero, pero de forma muy cortés.
Se te nota mucha dulzura desde tu pequeño tamaño hasta tu forma de ser, incierta, algo perturbante, sonriente a ratos y de mirada melancólica.

Siento que falle a tu confianza. Sí, lo hice.
me considerabas de una forma u otra alguien cercano y me dejaste tocarte sutilmente. Te aprecié.

No me gusta la palabra amor, es verdad no me gusta. Te aprecio... aún.

Nunca regalo nada. De hecho por nunca hacerlo, no se las palabras adecuadas.
Si te dí cosas, fue por que te aprecio. Es una pena maliciosa.
Si, es una pena que en los regalos fuesen palabras invitadas de forma esporádica y al parecer de alguien seco. No soy así.

Perdón por esa noche en que casi digo indecencias. Tu no quisiste escucharlas aún. No te contradije.
Ahora te las digo si estas en algún lado. Te aprecio. Me gusta abrazarte aunque no lo haga muy seguido por falta de práctica.

Lastima creo que me he ido a un viaje muy lejano para ti. No es cierto, solamente no encuentro tu mirada cuando te veo. Estoy seguro que sabes de mi aprecio y tal vez no quieres que lo haga. Haces mal... creo...

Quisiera contarte cuentos como alguna vez lo hice. Estas lejos.
talvez pudieramos hacer música pero... te siento lejos.

Que ¿por qué escribo esto?... por aprecio.
Tranquilidad, no espero nada de ti. Si me llegas a dar algo suplicaría que fuese todo de lo que no darías a nadie. Que egoísta.

Más que nada te admiro, realmente lo hago.
¿por qué no te lo digo?... no quiero fallar mas a la confianza, suficiente con el suplicio de ya no encontrarte cuando estas a lado mio, como para decírtelo y ver tu mirada la cual me da miedo.

Quisiera una cita para hacer mucha música, danzar, pintar, leer y escribir. de hecho la quiero pero no la espero.

Si deseas regresar avísame, y si yo erré y nunca llegaste fue un placer haber estado contigo.

Para El Sauce Llorón... mi primer violín...
C. Custode

sábado, 15 de septiembre de 2012

"Pasos"

Pasos cansados tristes y desolados, que quieren salir cogidos del brazo
del señor portero del tiempo que mira callado todo lo pasado.

Ya es hora de convertir a las ideas, a los deseos y a las cantatas viajeras
en perros furibundos de mercado con hambre y ganas de ser escuchados.

Pasos cansados tristes y acabados que quieren salir de un sistema precario,
el brazo destrozado de tanto escribir... ojos en el papel que quieren dormir.

Es hora de convertir a los miedos, a los abismos del cinismo
en zapatos de lona y fuertes corazones, que van en lucha contra opresores...
C. Custode

viernes, 14 de septiembre de 2012

"El Escribidor"


Solitario y lento ando en cuclillas
por calles de cemento pasando el tiempo
leyendo absurdos, Dicen: No te miento
mientras pasan mudos corriendo al viento.

Papel en bolitas por la cornisa,
del prócer el ojo que petrificado mira,
de noche al jolgorio antes de ir a misa
en el templo de las piernas lisas.

Me cosquillean las manos de tanto en tanto,
mientras escribo sobre el quebranto
adoquines de encanto, iglesias que hicieron llanto
De la plaza a la casa cuando los rios tengan sed.

Sigo deseos en bicicleta,
el sol me persigue si le abro la puerta,
tengo las metas siempre en comillas,
tengo los miedos en las maletas...
De lo pueril hago mi guia,
que en la perdida me encuentre a Karina
tengo las metas siempre en comillas,
tengo mis miedos en las maletas.

Me cosquillean las manos de tanto en tanto
hambrunas con frío bajo el manto
Adoquines de espanto, Iglesias que hicieron llanto
de la casa a la plaza cuando los niños tengan Fe...
Otra vez...C. Custode

"Los viejos inconsiderables"


Meditando bajo la lluvia va caminando
el hombre de pasos largos,
llevando su sien plateada
y el calendario en la espalda.

Lleva su mente desbordada por libros
que alguna vez leyó,
y en el saco un buen whisky
que alguna vez dejó.

Va preguntándole a su Dios por los años que le quito
Va reclamándole a su Dios por los años que no vivió.

Tuvo en su vida dos grandes amores,
que le hicieron sonreír,
la primera murió
y la segunda lo abandonó.

No es justo mandar a un viejo a la yerba porque su piel se enferma,
no se puede mandar a un viejo a la yerba porque su cuerpo de lepra se llena...

C. Custode (Recopilacion de versos biograficos de Wilfrido Loor... mi abuelo)